Historia de MidReal

Fiesta en la Casa Maldita: Una Noche de Miedo

Escenario:Suceso de Miedo en Fiesta Nocturna en México Nunca olvidaré aquella noche. Estaba en una fiesta en un pueblo pequeño, en algún rincón per La fiesta se llevaba a cabo en una casa antigua, de esas que ya tienen más de cien años y que en el día parecen abandonadas. La gente decía que ese lugar estaba maldito, pero, claro, yo no creía en esas cosas. Solo pensaba que era un rumor más de esos que siempre se cuentan cuando hay algo misterioso. La noche comenzó bien, como todas. Entre amigos, música, cerveza y baile. Sin embargo, conforme avanzaba la madrugada, algo empezó a cambiar. Fue en ese momento cuando escuchamos un ruido, algo que venía del piso superior de la casa, como si alguien estuviera caminando sobre las maderas crujientes. Miré a mi alrededor, pero nadie parecía sorprenderse, Cuando subí, la casa estaba mucho más oscura, con apenas unas luces tenues parpadeando en el pasillo. A medida que avanzaba, sentía que algo me observaba desde las sombras. Sobre una mesa de madera, había un altar extraño. No era un altar religioso, no, era algo más macabro. En él había velas negras, figuras extrañas, y lo que parecía ser un ritual incompleto. Mi corazón empezó a latir con fuerza. De pronto, la puerta se cerró violentamente. Corrí hacia la puerta, tratando de abrirla pero no se abría. Gritaba pero por la música nadie podía escucharme. No sabia que hacer entre en pánico. De pronto, un ser misterioso , un ser oscuro se acercaba lentamente. Cerre los ojos , creí que era mi fin. De pronto la puerta se abrió, Juan uno de mis amigos, decía que estaba buscándome hace bastante tiempo y no lograba encontrarme. Salimos de allí corriendo, jurándonos nunca volver a ese tipo de fiestas, verdaderamente sentí que esa noche sería la última.
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Suceso de Miedo en Fiesta Nocturna en México Nunca olvidaré aquella noche. Estaba en una fiesta en un pueblo pequeño, en algún rincón per La fiesta se llevaba a cabo en una casa antigua, de esas que ya tienen más de cien años y que en el día parecen abandonadas. La gente decía que ese lugar estaba maldito, pero, claro, yo no creía en esas cosas. Solo pensaba que era un rumor más de esos que siempre se cuentan cuando hay algo misterioso. La noche comenzó bien, como todas. Entre amigos, música, cerveza y baile. Sin embargo, conforme avanzaba la madrugada, algo empezó a cambiar. Fue en ese momento cuando escuchamos un ruido, algo que venía del piso superior de la casa, como si alguien estuviera caminando sobre las maderas crujientes. Miré a mi alrededor, pero nadie parecía sorprenderse, Cuando subí, la casa estaba mucho más oscura, con apenas unas luces tenues parpadeando en el pasillo. A medida que avanzaba, sentía que algo me observaba desde las sombras. Sobre una mesa de madera, había un altar extraño. No era un altar religioso, no, era algo más macabro. En él había velas negras, figuras extrañas, y lo que parecía ser un ritual incompleto. Mi corazón empezó a latir con fuerza. De pronto, la puerta se cerró violentamente. Corrí hacia la puerta, tratando de abrirla pero no se abría. Gritaba pero por la música nadie podía escucharme. No sabia que hacer entre en pánico. De pronto, un ser misterioso , un ser oscuro se acercaba lentamente. Cerre los ojos , creí que era mi fin. De pronto la puerta se abrió, Juan uno de mis amigos, decía que estaba buscándome hace bastante tiempo y no lograba encontrarme. Salimos de allí corriendo, jurándonos nunca volver a ese tipo de fiestas, verdaderamente sentí que esa noche sería la última.

Alex Ramirez

partygoer,friends with other protagonists,short black hair,curious and brave

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Juan Torres

mutual friend of Alex and Maria,friends with both Alex and Maria,athletic build with short brown hair,protective and skeptical

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Maria Lopez

Alex's best friend,friends with Alex and Juan,long brown hair,cautious and intelligent

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Nunca olvidaré esa noche.
La noche en que todo cambió.
La noche en que casi pierdo mi alma.
La noche en que me di cuenta de que a veces, algunas cosas es mejor dejarlas sin explorar.
Todo comenzó en una fiesta.
Una fiesta normal, al menos al principio.
Rodeado de amigos, música, cerveza y baile.
¿Qué más podrías pedir?
Una noche como cualquier otra.
Hasta que las cosas cambiaron.
Hasta que la oscuridad se cernió sobre nosotros.
La casa donde se celebró la fiesta era antigua; había estado allí por más de cien años.
La gente decía que el lugar estaba maldito, pero, por supuesto, yo no creía en esas cosas.
Solo pensé que era otro rumor, una de esas historias que se cuentan cada vez que algo misterioso acecha cerca.
La fiesta comenzó bien, como cualquier otra.
Amigos riendo y charlando, mientras otros bailaban en medio de la sala.
Más gente bebía en la mesa de la cocina, mientras otros se sentaban en el sofá fumando marihuana.
Me estaba divirtiendo mucho con mis amigos; todos lo estábamos.
Pero a medida que pasaban las horas, la gente comenzó a irse poco a poco.
Fiesta en la Casa Maldita: Una Noche de Miedo
Vacilé en la base de la escalera chirriante, mi curiosidad despertada por los rumores.
María tiró de mi manga, instándome a tener cuidado, pero la aparté con una sonrisa.
"Solo un vistazo rápido," prometí, tratando de sonar despreocupado a pesar de la creciente inquietud en mi pecho.
Juan puso los ojos en blanco, pero me siguió mientras ascendía, sus pasos resonando detrás de mí.
El aire se volvía más frío con cada paso, las sombras alargándose en la tenue luz que luchaba por penetrar a través de las ventanas sucias.
Llegamos a un descansillo donde el papel tapiz descascarado revelaba símbolos desvaídos, como mensajes crípticos garabateados por una mano desconocida.
Mi corazón latía con fuerza al entrar en una habitación llena de polvo y reliquias olvidadas, el aire denso con el olor a descomposición y abandono.
Las telarañas se aferraban a los candelabros, y retratos antiguos colgaban torcidos en las paredes, con los ojos de sus sujetos pareciendo seguirnos mientras nos movíamos.
Un repentino golpe de aire cerró la puerta de un golpe tras nosotros, y Juan maldijo entre dientes, estirando la mano hacia el pomo.
"Está atascada," murmuró, sacudiendo la puerta violentamente.
Me di la vuelta, mis ojos recorriendo la habitación en busca de cualquier señal de una salida o una forma de escapar.
Pero no había ninguna – estábamos atrapados.
Fiesta en la Casa Maldita: Una Noche de Miedo
Y entonces, lo escuché – un susurro tenue, como una suave brisa que acariciaba las hojas secas.
Me recorrió un escalofrío por la espalda al girar para enfrentar a Juan y María, cuyas caras estaban pálidas y asustadas en la tenue luz.
"¿Qué fue eso?" susurró María, su voz apenas audible sobre el retumbar de mi corazón.
Negué con la cabeza, mi boca seca y mi garganta constriñéndose.
De repente, el susurro se detuvo, y un silencio opresivo se cernió sobre nosotros como un sudario.
Fiesta en la Casa Maldita: Una Noche de Miedo